Querido toti:

Te dejo, ya no lo soporto más. Hasta hace unos meses las cosas estaban tan bien... no entiendo como llegamos a esto, sinceramente. Debes haber caído en la cuenta que ya ni siquiera paseamos por el parque todas las tardes, como lo hacíamos desde que te conocí, religiosamente. En secreto, y de manera paulatina, comencé a despreciarte. Es inútil ahora contar por qué o desde cuándo, eso no es lo importante. Tu jadeo empezó a perturbarme una noche, y entonces descubrí que ya no ibamos a estar más juntos. Dejé de ocuparme de vos, de tus cosas, y creo que poco a poco todo se fue deteriorando. Vos ya ni te asomabas cada vez que llegaba a casa. Empezaste a salir y comer en la calle, sabías que acá no había nadie que se esfuerce por vos.
Ahora te dejo y, aunque todavía te quiero, creo que vamos a estar mejor solos. El departamento es tuyo, no me interesa... eso si, me llevo la radio, ¿sabes?, total vos nunca apreciaste mucho la música. Que seas feliz en tu vida, conseguí un nuevo dueño, y por favor no le ladres al vecino.
Adios.
Nji.